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lunes, 7 de noviembre de 2011

Mi narcótico de mar


Las heridas le arden, le arden y le sangran cual río en pleno delta le arden con ira desenfrenada y
dolor añejo .
Llora desolada y resignada piensa que se va a quedar sola casi esta segura que no existe otra persona en el mundo que pueda amarla genuinamente
Piensa demasiado sin percibir que es ella la que no se ama.
Pero que mujer tan egoista debe ser que no puede amarse a si misma
Porque va a despreciarse si ella es hermosa y vale lo que otros cotizan como oro
Que no se da cuenta y llora
Cuando esta triste se va a ver el mar el olor a playa y la arena  trabajan en ella cual narcótico potente y se duerme, descansa y sueña con niños felices pasan las horas y el frío la despierta. Recuerda el sueño y sonríe
se levanta y vuelve a la rutina.
y siempre que esta triste recuerda ese día y piensa en niños felices y en su infancia pero si eso no le basta se va al mar y descansa

2 comentarios:

  1. la gracia del mar está en que nunca se calla, entonces nos distrae siempre. aparte de eso está el hecho de que, como no sabemos qué hay abajo de tanta aguada amontonada ahí (suponiendo que hay algo), nuestra cabeza vuela imaginándolo. no?

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  2. Hoy me iría al mar! será por eso que entre a mi blog abandonado después de tanto! gracias x tu comentario!

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